Un hombre casado
Ella se sintió atraída por él de inmediato. A pesar de lucir anillo nupcial, era el hombre más atractivo de todos los asistentes al cóctel. Pronto quedó claro que ella no le era indiferente. Casi sin podérselo creer, le llevó a su apartamento y follaron hasta la extenuación.
ddd—No imaginaba que podría existir una mujer tan maravillosa —le susurró al oído.
dddCuando él regresó a su piso, la luz del dormitorio seguía encendida.
ddd—Buenas noches, amor. ¿Todavía estás despierto?
d
René Magritte – La reproduction interdite (1937)
Los laberintos del deseo…
Me gustaMe gusta