Caracol, col, col…
—He preparado una cena especial.
—¿Ah, sí? Qué bien.
Ella ha dispuesto una mesa en la que no falta ni un detalle: cubertería bruñida, vajilla de diseño, copas de cristal fino, mantelería primorosa, servilletas artísticamente instaladas y un candelabro minimalista con una única vela roja en el centro exacto de la mesa.
—Siéntate.
Ella coge los platos de ambos y se los lleva a la cocina. Vuelve envuelta en aromas.
—Para ti, caracoles en salsa picante. Para mí, filetes de corazón a la plancha.
Él no puede probar ni un bocado: ha comprendido que ella lo sabe todo.
…saca los cuernos al sol. Bonita canción infantil.
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